23 julio 2010

Nunca para siempre

Qué difícil es tomar una decisión. Y, que difícil es tomarla pensando que es para siempre. Pensamos que si hacemos algo y es para siempre, esto nos dará estabilidad y seguridad. Siempre puede proporcionarnos una seguridad pero y ¿ lo queremos todo para siempre?


¿Cuántas veces postergamos tomar una decisión porque sin darnos cuenta, pensamos que la decisión es irreversible o para siempre? Cuantas veces dejamos de hacer cosas temiendo que si las hacemos ya estaremos en un camino sin retorno?

Por alguna razón, las personas que temen al cambio suelen pensar en que cambiar significa perder algo o empeorar una situación. Raras veces se plantean,¿ y que si me sale bien? ¿Y si eso me aporta más felicidad?

La buena noticia es que no necesariamente todo es para siempre. De hecho, nada es para siempre. Nuestros ánimos cambian, las personas a nuestro alrededor cambian, lo que hacemos en el trabajo también. Nuestros sentimientos hacia las cosas no son siempre iguales y hasta nuestros problemas varían.

Sólo hay que hacer una prueba para comprobar que las cosas cambian y por lo tanto, si las percibimos como temporales, ganaremos en tranquilidad. Por ejemplo, cuando uno tiene un problema, y éste parece insuperable, recomiendo describir la situación y todas las cosas que nos influyen a sentirnos angustiados o preocupados en una hoja de papel. Luego, es aconsejable meterlo en un cajón y esperar 15 días. En un gran porcentaje de casos, a los 15 días, cuando volvemos a abrir el cajón, vemos como aquello que tanto nos preocupaba, ha perdido su fuerza. Este ejercicio es muy positivo para ayudarnos a ser conscientes de la temporalidad de las cosas. Otros ejercicios interesantes son:

Pensar ¿de que forma me afectará el problema que estoy viviendo ahora dentro de cinco años? ¿En cinco años este problema tendrá importancia?


Recordar cambios que hemos tenido en nuestras vidas - en la mayoría de los casos, los cambios nos habrán aportado algo positivo. Por ejemplo, si nos han despedido del trabajo, inicialmente podemos pasar un periodo de adaptación y podemos sufrir pensando en lo que hemos perdido. Luego, cuando encontramos otro trabajo, a menudo nos damos cuenta de que en el trabajo actual hemos hecho nuevos amigos, tenemos más sintonía con el jefe o simplemente ganamos más dinero.


Una vez hecha esta prueba tomar decisiones nos resultará mucho más sencillo por que el resultado de dichas situaciones, no es para siempre. Tomemos por ejemplo las siguientes decisiones a los que casi todos nos enfrentamos:

¿Me cambio de trabajo a algo que no conozco y que quizás no me guste? Si no me gusta, puedo cambiar otra vez.

Odio mi situación y ahora no tengo más remedio que seguir asi- Efectivamente hay casos en los que el cambio no es posible DE MOMENTO y si pensamos que la situación actual es temporal, lograremos sobrellevarla mucho mejor.

¿Me compro una casa? ¿Y si luego me destinan a otra parte? Puedo venderla y comprarme otra

¿Me quedo con una pareja? Todo depende de lo que nos aporte quedarnos y lo que nos aporte irnos.


A mi pareja la han destinado a otra ciudad. ¿ Es mas fácil aceptarlo sabiendo que no es para siempre?

¿Cambio de carrera profesional? Si no me termina de gustar siempre puedo hacer otra cosa y habré aprendido algo de todas formas.

Es verdad que cada cambio supone un esfuerzo pero…. ¿no supone un mayor esfuerzo quedarse en una situación que nos desagrada?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Acerca de Georgina Barquin

Mi foto
Madrid, Spain
Nacida en Mexico DF. He vivido en Mexico, EEUU, Reino Unido y España y me encantan las diferencias culturales. Soy bilingüe inglés - español. Executive Coach cualificada y miembro de la ICF Master por la Universidad Metropolitana de Manchester, Inglaterra. Licenciada por la Universidad de Bedforshire, Inglaterra.